¿Qué es un dorador?

Para nosotros, nuestro oficio es bien conocido, no en vano llevamos más 20 años dedicándonos a este bello arte con pasión y dedicación, pero conviene aclarar ciertos conceptos y diferencias entre los distintos tipos de trabajos que puede realizar un dorador. Como dorador entendemos al profesional que se encarga de la aplicación de oro sobre madera u otros materiales como cristal, metal, cerámica o cartón. Bien puede ser oro fino cercano a los 24 kilates, como el que usamos en nuestro Taller de dorado -San Marcos-, o bien el llamado «oro de imitación» o «falso oro», que es una aleación de distintos metales como el aluminio o el cobre que dan una apariencia dorada sin ser oro real y sin tener el gran brillo y vistosidad que ofrece el oro real de ley. Los doradores utilizan distintas técnicas como el dorado al agua, dorado al mixtión o dorado a pincel con oro en polvo, basado en al técnica japonesa del kintsugi.

Acompáñanos a este recorrido por la historia de los doradores y déjate llevar por este tipo de artesanía que tanto tiene que ofrecer.

El oficio del dorador a lo largo de la Historia

El dorado es una técnica ancestral que se remonta a miles de años atrás. Ya en el Antiguo Egipto, los faraones y sus tumbas se adornaban con oro para simbolizar la eternidad y la divinidad. A lo largo de la historia, esta técnica ha sido utilizada para embellecer objetos de todo tipo, desde esculturas y muebles hasta iglesias y catedrales. Tanto en Egipto como en Mesopotamia, el oro era símbolo de divinidad y poder, e incluso en la Grecia clásica y la Roma imperial el dorado se utilizaba para embellecer templos, palacios y objetos de culto.

La Edad Media marcó un apogeo para el dorado sobre madera, impulsado por el fervor religioso y el desarrollo de nuevas técnicas. Los doradores medievales perfeccionaron el uso del pan de oro, finas láminas de oro que se aplicaban sobre superficies preparadas con gesso o bolo. Su trabajo adornó catedrales, retablos, esculturas y otros elementos religiosos, impregnándolos de un aura de majestuosidad y sacralidad.

El Renacimiento vio nacer una nueva expresión del dorado sobre madera, caracterizada por la elegancia y el refinamiento. Los doradores renacentistas incorporaron el dorado a marcos de cuadros, muebles, objetos decorativos e incluso armaduras, creando obras de arte que reflejaban la opulencia y el gusto de la época.

En el Barroco, el dorado alcanzó su máximo esplendor. Las iglesias y los palacios se llenaron de dorados fastuosos y ornamentados, creando atmósferas de grandiosidad y teatralidad. El dorado se convirtió en un elemento esencial del estilo barroco, presente en esculturas, molduras, cornisas, techos e incluso en tallados de madera.

Importancia en la actualidad

A lo largo del siglo XIX, el dorado sobre madera experimentó un declive debido a la llegada de nuevos estilos decorativos y materiales. Sin embargo, a principios del siglo XX, resurgió el interés por las técnicas tradicionales, y el dorado volvió a ganar popularidad. Gracias al uso de esta técnica en los pasos de Semana Santa, tronos y procesiones en general, hoy en día el oficio de dorador sigue teniendo importancia en la creación de nuevas obras de arte, que salen a la calle cada año en toda España y diversas zonas del mundo cristiano en Semana Santa y otras fechas señaladas.

En la actualidad, el dorado sobre madera sigue siendo una artesanía viva, apreciada por su belleza, su valor histórico y su capacidad para aportar un toque de distinción a cualquier espacio. Los doradores modernos trabajan con técnicas tradicionales y contemporáneas, restaurando obras antiguas y creando nuevas piezas que reflejan la sensibilidad y el talento de estos artistas.

El dorado sobre madera es un viaje a través del tiempo, un legado que nos conecta con las civilizaciones del pasado y nos permite admirar la belleza y la exquisitez de un oficio que ha perdurado a lo largo de los siglos.

Tipos de trabajos que realiza un dorador

Entre los trabajos más destacados y populares que realizan los doradores se encuentran el dorado de pasos de Semana Santa, tanto nuevas creaciones como restauraciones de pasos más antiguos.

Dorado de pasos de Semana Santa

El dorador juega un papel crucial en la creación de nuevos pasos. Ya que el tallista deja la pieza en madera, es labor del dorador realizar todo el tratamiento previo sobre la madera (estucado, lijado, bol) y finalmente la aplicación meticulosa de las hojas de oro y el bruñido, realzando la obra original del tallista, destacando detalles finos y asegurando que el acabado sea de alta calidad para resistir el paso del tiempo y las inclemencias del clima durante las procesiones.

Con el tiempo, los pasos pueden deteriorarse debido a factores ambientales o al desgaste natural. Los doradores expertos trabajan en la restauración de estos elementos, un proceso que no solo involucra la reaplicación del oro, sino también la reparación de la madera y la fijación de cualquier daño estructural.

Un dorador también será el profesional de referencia para el mantenimiento regular de los pasos y tronos, que es esencial para conservar su belleza e integridad. Incluye la limpieza cuidadosa y la revalorización periódica del dorado para asegurar que siempre luzcan impecables durante las celebraciones religiosas.

Dorado y restauración de retablos

Los retablos, utilizados como altares o decoraciones en las iglesias, son otra área importante de trabajo para los doradores. Estos grandes piezas artísticas a menudo se presentan como intrincadas obras de arte que incluyen imágenes sagradas y ornamentación.

La aplicación de oro en los retablos ayuda a destacar los elementos artísticos y a crear un punto focal en el espacio sagrado. Este trabajo requiere una gran habilidad para manejar las grandes superficies y los detalles minuciosos que caracterizan a estos objetos.

En el caso de los retablos, es más común su restauración y no tanto la creación de nuevas obras. Generalmente los retablos forman parte del legado de una Iglesia o Hermandad a lo largo de años e incluso siglos y por tanto pueden sufrir daños o desgaste acumulado. Los doradores especializados en restauración trabajan para devolver estos artefactos a su gloria original, lo que puede incluir desde la limpieza hasta la reparación de partes dañadas y la re-aplicación del dorado y marmolizado.

Otros trabajos de dorado

Además de los pasos de Semana Santa y los retablos, los doradores pueden trabajar en una variedad de otros proyectos, incluyendo:

  • Marco de espejos y cuadros: El dorado de marcos es una forma tradicional de resaltar obras de arte y espejos. Esta técnica agrega un toque de elegancia y es comúnmente solicitada por museos, galerías y coleccionistas privados.
  • Mobiliario y elementos decorativos: Piezas de mobiliario como sillas, mesas y consolas pueden ser doradas para añadir un elemento de lujo y sofisticación a cualquier ambiente.
  • Objetos religiosos y ceremoniales: Otros elementos como candelabros, crucifijos y objetos litúrgicos también pueden ser embellecidos con oro para su uso en contextos religiosos y ceremoniales.

El dorador es un artesano que juega un papel fundamental en la conservación y embellecimiento del patrimonio cultural. Su trabajo meticuloso y artístico permite que piezas de gran valor histórico y religioso sigan brillando con esplendor durante generaciones.

Si estás pensando en contratar a un dorador, asegúrate de elegir a un profesional con experiencia y reputación. Un buen dorador podrá asesorarte sobre la técnica más adecuada para tu proyecto y te garantizará un trabajo de calidad que perdurará en el tiempo. Este trabajo requiere paciencia, meticulosidad y gran experiencia, así como unos buenos materiales y una técnica adecuada. Si lo deseas, desde San Marcos podemos asesorarte en cualquier trabajo de dorado sobre madera. Mándanos un WhatsApp o escríbenos un correo sin compromiso y estaremos encantados de atenderte.